Reino Unido estudia cómo evitar la entrada de trabajadores europeos antes de iniciar el ‘Brexit’
El nuevo Gobierno de Reino Unido ya está elaborando un plan para levantar barreras contra los trabajadores extranjeros (incluidos los europeos) antes incluso de iniciar formalmente el proceso de salida de la Unión Europea (el denominado Brexit). El Ministerio de Interior británico confirma de forma tácita que el verdadero objetivo de la ruptura con el entorno comunitario es limitar la entrada de trabajadores foráneos.
En una entrevista concedida a la cadena pública BBC, la titular del departamento ministerial, Amber Rudd, ha admitido que trabaja en una reforma legislativa para introducir un nuevo sistema de permisos de trabajo que controle la llegada de europeos para trabajar en Reino Unido. La justificación para iniciar este plan es que los británicos quieren más controles transfronterizos y que, por eso, han dado su respaldo a los partidarios del Brexit.
Esto se produce a pesar de que el Gobierno no ha iniciado los trámites formales para el abandono del área comunitaria, poniendo en marcha todos lo mecanismos que establece el artículo 50 del Tratado de la Unión Europea. De momento, lo único que ha sucedido es que los ciudadanos han aprobado la salida por referéndum, pero este resultado electoral no es vinculante y, hasta que el Ejecutivo que preside Theresa May no diga lo contrario, Reino Unido sigue formando parte de la UE.
Las declaraciones de Amber Rudd se enmarcan en un contexto en el que el nuevo Gobierno pretende contentar a los que han votado sí al Brexit, retomando el viejo discurso proteccionista que tanto le costó superar al país gracias a la gestión de Margareth Thatcher. Ahora, como en la década de los años setenta, los ciudadanos reclaman el cierre de las fronteras para que no entren trabajadores extranjeros, sin darse cuenta de que ese tipo de medidas generan pobreza y crisis económica.
«Los permisos de trabajo ciertamente tienen un valor y hay que controlarlos (…) lo que vamos a analizar es cómo podemos conseguir lo mejor para la economía, reduciendo las cifras pero protegiendo a la gente que realmente añade valor», ha señalado la ministra del Interior a la BBC. El objetivo del Ejecutivo de reducir la inmigración anual neta un tercio, actualmente en 327.000, por debajo de los 100.000.
En la actualidad, Reino Unido cuenta con un sistema de visados para los extranjeros no comunitarios que podría extenderse a los comunitarios. El problema es que la normativa de la UE permite a los ciudadanos de los 28 países el club viajar, vivir y trabajar donde quieran y Reino Unido no es, de momento, una excepción.
No es la primera vez que el Gobierno pone esta cuestión sobre la mesa, ya que hace tan sólo unos días la primera ministra admitió que se está estudiando un método de control de la inmigración mediante sistema de puntos, algo que rechazó aunque en la campaña del Brexit los partidarios de la salida de la UE prometieron aplicar. Por eso ahora la ministra del Interior anuncia que el programa está en marcha, alejando las críticas de aquellos votantes que acusan al Gobierno de no ser lo suficientemente duro en materia migratoria.